19 06 2013
Cada alma se supone irse allá después de la muerte para poder renacer en el futuro. Vėlinas decide como será en cada caso particular. Vėlinas tiene muchos rasgos comunes con los dioses Odin, Vodan y Mercurio, asi como el Diablo de los cristianos.
El símbolo de Vėlinas es la estrella de cinco puntas, el arbol de la vida. Él simboliza la unidad entre nuestro mundo y el otro.
El universo y todos los seres vivos siempre siguen cambiando. Nacemos como niños, crecemos, envejecemos, nos morimos y nacemos de nuevo. Cada muerte significa un nacimiento en el futuro.
El ciclo de muerte y nacimiento garantiza la perfección constante de la vida. Cuando nuestros cuerpos físicos se agoten y se hagan más cargas que instrumentos de nuestras almas, los cambiamos.
Vėlinas es de hecho el señor de las almas; a veces la gente viva que necesita comunicar con las almas de los muertos, algunos sacerdotes y médiums entre los vivos y los muertos se refieren a él.
Cambiar cuerpos toma tiempo. Inicialmente cada alma pasa en el otro lado, allá, el infierno (anapus, dausos, pragaras en lituano).
No es claro donde el otro lado está situado, a lo mejor en alguna dimensión física que no podemos percibir con nuestros cuerpos imperfectos. Se puede ser directamente bajo nuestras narices o en un otro universo, todavía no lo sabemos.
Sin embargo, el proceso de renacimiento no es automático. Los dioses quieren mejorar al mundo, por eso inducen a la gente a seguir su ética.
La estrella de Vėlinas simboliza la unidad entre el hombre y la naturaleza, lo que sabemos y lo que no sabemos, la unidad entre la vida y la muerte.
Venimos acá de allí y, cuando llega nuestro tiempo, regresamos allá para nacer de nuevo.
Si una persona viva una vida deshonesta, destructiva, cruel, tendrá que pagar. Su alma no será inmediatamente permitida pasar en el otro lado y antes de renacer tendrá que vagar sin sentido en la Tierra por un período determinado.
Por otro lado, lo que serás en tu otra vida depende solamente de ti.
Vėlinas se preocupa de la justicia relacionada con renacimiento. Es él que toma la decisión final.
Vėlinas supervisa como las almas pasan en el otro lado y renacen con los cuerpos nuevos..
Vėlinas es de hecho el señor de las almas; a veces la gente viva que necesita comunicar con las almas de los muertos, algunos sacerdotes y médiums entre los vivos y los muertos se refieren a él.
A diferencia de Dios (Yahvé, Alá), no tiene ningún sentido orar a Vėlinas pidiéndole perdón. Los dioses lituanos no se alegran al ver a la gente que se humilla ante ellos.
La única manera de aliviar el castigo por tus crímenes es hacer Vėlinas simpatizar contigo, que sólo puede lograrse por medio de acciones nobles. Por lo tanto, todas las personas con la conciencia sucia tienen miedo del momento en que sus almas se enfrentarán la sentencia de Vėlinas.
El Dios cristiano o Yahvé (los musulmanes llaman a él Alá) ofrece una vía de escape, incluso para la escoria que están condenados a una pena grave por Vėlinas por sus villanías. El dios invita a las almas de sus seguidores más devotos a su guarida llamada el Paraíso o Edén.
Algunas personas no pueden resistir la tentación de no ser juzgadas por Vėlinas y se establecen en el Paraíso con sus viejos cuerpos en lugar de renacer después de que paguen por sus crímenes.
Los pobrecitos que tienen razones para temer a Vėlinas y dedican su vida al servicio de Dios o Alá usualmente tratan de convencer a los otros para que se unan a ellos.
Los cristianos y los musulmanes representan a Vėlinas como al peor enemigo de la humanidad, a pesar de que él sólo castiga a los que han cometido delitos graves. De esta manera ellos tratan de intimidar a tanta gente como sea posible a unirse a ellos en la guarida de Dios (Alá).
A pesar de lo que digan los sacerdotes judaístas, cristianos y musulmanes, Vėlinas castiga solamente por delitos reales. Así llamados «pecados», tal como se los entienden en el cristianismo y el islam, le no importan a Vėlinas en absoluto.
Por lo tanto, la mayoría de la gente no tienen razones para tener miedo a Vėlinas y tratar de complacer a Yahvé, Dios o Alá.
Los dioses euronios no tienen la menor intención de convertir a la gente en humildes animales que renuncien a su dignidad humana, se arrodillen o postren delante de esculturas o cuadros, golpeen con las cabezas en la pared o el suelo, o realicen otros rituales apropiados para perros y hienas.
¿Qué piensa sobre esto?
Sábado. El día de la semana de Ragana, Bruja, la diosa de la curación y de la previsión del futuro. También el día de Saturno, Yahvé.
Sigue sus inclinaciones con el debido respeto al policía a la vuelta de la esquina.
Somerset Maugham
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